Las horas pasaban con la mirada perdida en el horizonte, repasando lecturas, vivencias y expectativas. Claudio repasaba el vino de su copa, mientras pensaba en la ciudad como origen y destino de sentimientos invisibles...

jueves, 28 de abril de 2011

Amnesia II


… Caminó sin dirección, observando todo a su alrededor con una atención que antes nunca prestó. En cada fachada, como pantallas repetidas, se reflejaba la estampa de aquel jardín de la infancia. Las hojas secas se arremolinaban en las esquinas. Nadie se cruzaba en su camino, pero no le importó. Apretó el paso, mientras la tonalidad de la ciudad se iba haciendo más mortecina.

No recordaba la noche anterior y sí aquellas otras en las que, entre olor a whisky de garrafa, lloraba en la cama, mientras su acompañante dormía plácidamente. Ya nadie dormía a su lado y no tenía que inventar excusas atropelladas para salir huyendo. Sonrió sin ganas y sintió el frío del agua que empezaba a caer con fuerza. Se resguardó en un portal, mientras entre los adoquines se formaban corrientes parduzcas.

La imagen de su niñez no se le iba de la cabeza y aquella sensación en el pecho que era lo más parecido a felicidad que había sentido nunca. Se acurrucó sobre el escalón arcilloso y vio su reflejo en un charco. Apenas podía reconocerse. La lluvia volvió a apretar y su imagen deforme entre las ondas le hizo levantarse y salir corriendo…

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