Desde la basílica menor de San Pedro hasta el Santo Angel, el Miércoles Santo se conjuga en matices irrepetibles. Matices de tristeza que se enjugaron el suspensión de la primera salida procesional a la Carrera Oficial de la Hermandad de la Piedad; matices en el renovado palio del Rocío y Lagrimas, en el bosque de cirios que iluminaba al Amor, en la mirada eterna del Mayor Dolor, en el gesto alegre de la Niña de Capuchinos, en los ojos hirientes de las Lágrimas.
Por Deanes bajaron dos de las cofradías (Pasión y Calvario) hacia la Catedral, mientras que el nuevo paso del Santísimo Cristo de la Misericordia lucía en la noche en que Nissan deja una luna antitetica tibia y fría a un mismo tiempo.
En San Lorenzo Jesus del Calvario mostraba en su rostro que los años no maceran su piel, pero si dejan el poso de la historia -nuestra historia- en cada tramo de acera. El Miércoles cumplía su epílogo y en la mirada de de los devotos allí congregados se juntaban emoción y certezas tan antiguas que nunca acabamos de comprender.
Por Deanes bajaron dos de las cofradías (Pasión y Calvario) hacia la Catedral, mientras que el nuevo paso del Santísimo Cristo de la Misericordia lucía en la noche en que Nissan deja una luna antitetica tibia y fría a un mismo tiempo.
En San Lorenzo Jesus del Calvario mostraba en su rostro que los años no maceran su piel, pero si dejan el poso de la historia -nuestra historia- en cada tramo de acera. El Miércoles cumplía su epílogo y en la mirada de de los devotos allí congregados se juntaban emoción y certezas tan antiguas que nunca acabamos de comprender.
www.hermandadesdecordoba.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario